Antecedentes
Para
empezar, hay que reconocer que las tierras que actualmente ocupa el Centro de
Educación Ambiental y Protección Civil "Quetzalli" formaron parte del
fundo urbano de Coatzacoalcos en la zona limítrofe con el ejido palma sola, según
se desprende del documento redactado por el primer ayuntamiento en 1882, y en
donde se asientan varios datos curiosos del Coatzacoalcos en el siglo XIX, como
la manera en que el general Tomas Marín fijo el fundo urbano, en 1552,
disparando una bala de cañón dese el muelle (ubicado a la altura de la actual
calle de H. R. Malpica), con dirección al poniente, cayendo el obús en el
paraje llamado palma sola, trazando una línea perpendicular hasta la playa, que
delimito los lados del fundo urbano, por el sur y el poniente las líneas del
disparo y de la perpendicular a la playa,
y por el oriente y el norte los litorales del golfo y del rio
Coatzacoalcos.
Esto
permitió a los colonos del siglo XIX crear linderos entre el fundo urbano de la
futura ciudad (que fue planeado que tuviera el nombre de Colon), y las zonas
rurales comunitarias destinadas a la producción, llamadas ejidos, siendo palma
sola el ejido que primero se integro. Estos linderos se olvidaron cuando un
incendio provocado por las huestes del general Cástulo Pérez destruyo los
documentos del archivo municipal en 1913, con lo que la ciudad se desarrollo
creyendo que su fundo legal era mucho mas reducido, ya que el documento que nos
sirve de base también desapareció con el incendio, habiéndose rescatado gracias
a una copia existente en el Archivo General de la Nación, con el nombre La Cuestión de Coatzacoalcos, cuya
reproducción fotostática obra en poder del Ayuntamiento desde enero de 2005.
Por
muchos años la zona donde hoy se ubica Quetzalli fueron tierras yermas, sin uso
productivo, a la vez que sin aprovechamiento urbano. Eran acahuales, lugares a
donde crecen las hierbas y viven animales silvestres. Historias fantásticas
recogidas hacia 1996 relatan sucesos acaecidos en esta área, pero se pierden en
la imprecisión de las leyendas populares.
El primer parque
Durante
el gobierno de Arnulfo González Espinoza, cuentan los vecinos que se construyo
el primer parque en la media hectárea que actualmente ocupa Quetzalli. Cabe
decir que González Espinoza fue alcalde en dos periodos: 1956-1958 y 1965-1967.
Los vecinos parecen hacer referencia a la primera ocasión, ya que coinciden en
relatar que viven en esta área de la ciudad desde fines de los cincuenta y
principios de los sesenta.
Antes
del parquecito hubo unas dunas y varias casas de construcción ligera que
ocupaban, en esta primera época el solar. Al instalarse el parque el
ayuntamiento doto a los vecinos de solares adecuados en la acera norte de La
Llave. En esta primera época, el parque que
se instalo tenía un cuadro de cemento, al centro, en la parte alta, que era una
explanada que servia para hacer bailes. Según retratan los vecinos, en este
parque se hacían, entro otros los bailes con que culminaba la fiesta de la
parroquia del Carmen, en el mes de julio, instalándose la feria a lo largo de
la calle de matamoros, desde lerdo hasta La Llave.
También
había un cuadro de arena debajo de la explanada de concreto, que servía para
que los niños jugaran y que era utilizado por algunos afectos al pugilismo como
ring para esas contiendas. El resto del parque tenia bancas de concreto y
crecía la maleza.
Hacia
fines de la década de los 70, el parque padeció cierto abandono, creció la
hierba y algunos malvivientes se alojaban en esas áreas. Esto se vio aunado con
la presencia de una cantina, “El Guayabito”, que estaba en la esquina noreste
de Matamoros con Llave. Varios hechos de sangre se dieron a causa de esto, por
lo que los vecinos solicitaron seguridad a las autoridades. La respuesta a la
peticiones populares para dar tranquilidad a los vecinos la dio el ayuntamiento
encabezado por Juan Osorio López de 1979 a 1981, quien construyo un parque infantil
para dar recreación a los menores, y ofrecer a las familias la posibilidad de
integrarse en el esparcimiento de sus hijos.
El parquecito del DIF
Cabe
destacar que durante la presidencia del DIF en esa administración municipal, a
cargo de Gloria Corrales de Osorio, se logro que el parquecito del DIF, como era popularmente conocido, fuera el
primer lugar en Coatzacoalcos destinado al esparcimiento de los menores.
Contaba con una amplia gama de juegos, un laguito en que navegaban lanchas para
uso de los niños y un teatro al aire libre en que se llevaron a cabo
innumerables festejos infantiles y escolares. El parquecito se erigió como símbolo del cuidado del niño y la
familia, y su uso fue reproducido en otros parques, también al cargo del DIF,
uno en el camellón de la avenida independencia esquina con López Mateos; otro
bajo el puente del kilómetro cinco del ferrocarril y, un tercero, en el mismo
camellón de independencia esquina con Lázaro Cárdenas. La necesidad e parques
recreativos en las colonias sigue siendo notoria en Coatzacoalcos.
En
la administración que encabezo Juan Hillman Jiménez, la presidenta del DIF Rosa
María Chapoy de Hillman, desarrollo una biblioteca infantil y juvenil completa
con una confortable sala de lectura que ocupaba el espacio hoy conocido con el
rimbombante nombre de “salón de usos múltiples”, que le niega toda identidad,
pero que permite adaptarlo a cualquier uso. Al paso del tiempo la biblioteca
fue desapareciendo bajo criterios utilitarios, que dieron lugar a otros cambios.
En
el trienio encabezado por Pompeyo Figueroa Mortera, la presidenta del DIF,
patricia moya de Figueroa, preservo las lanchas, conservo la biblioteca y,
apoyada en la directora del parquecito, Rosa Laura Maya González, logro que el
parque fuera la primera sede del INSEN en Coatzacoalcos, continuando durante el
siguiente trienio, encabezado los primeros seis meses por Juan Osorio López y
los dos años y medio restantes por Carlos Brito Gómez, quien respaldo a María
Elena de Brito como directora del parquecito, en cuya gestión se comenzaron a
impartir cursos de artesanías y se llevaron a cabo los primeros fandangos,
después de cerca de veinte años de no realizarse en Coatzacoalcos.
Nuevamente
el lugar tomo la vanguardia en dar su lugar a los ancianos y subrayar que
tienen mucho que aportar desde la experiencia vivida. El resultado de estas
gestiones fue la creación de un edificio especial para la atención del anciano.
Los cursos de artesanías, así como la realización de fandangos también dieron
una secuela, al grado que, desde 2006 se incorporaron como parte de los
programas del DIF a nivel local y estatal.
Con
la administración del DIF a cargo de Marisa Montanaro de Lemarroy, el parquecito tomo una nueva imagen. El
laguito para lanchas fue cubierto por una losa de concreto que sirvió para
desarrollar el gusto por el patinaje en los menores, siguiendo las modas de la
época. Por todo Coatzacoalcos se veían jóvenes transportándose en patines de
rueda y se desarrollaron otras pistas en más lugares de la ciudad. Los juegos
se renovaron en esa administración y se vio la factibilidad de crear un
organismo que hiciera acopio de recursos para el mantenimiento y desarrollo de
la media hectárea de parque recreativo infantil.
El Centro de Educación Ambiental
Quetzalli
Fue
hasta el trienio encabezado por Iván Hillman Chapoy que la presidenta del DIF,
Mónica Robles Barajas, rescato la razón de ser del parquecito y le dio el sentido de fungir como centro de educación
ambiental. La necesidad del mundo de hoy para preservar la vida en todas sus
formas se convirtió en un motor poderoso. Fue renovado el uso de los espacios,
se busco sincronizar el lugar con la armonía universal. Un poderoso sentido
caracterizo esta intención. El logro es el de haber instituido el primer Centro
de Educación Ambiental en el estado de Veracruz, uno de los pocos que hay en el
país.
Como
parte de esos logros, fue integrada una asociación civil, con el nombre de
Fundación Quetzalli, A. C., encargada de hacer acopio de los recursos para el
buen funcionamiento del centro.
Hoy,
Quetzalli, como asociación se plantea el reto de dar sentido al ambientalismo
en el sur de Veracruz, de multiplicar sus trabajos en diversos centros como el
que hay en el parquecito de Coatzacoalcos. Como centro de educación tiene el
reto de llegar a los diversos rincones del municipio, respondiendo a la
necesidad de ofrecer educación ambiental, en colonias, ejidos y congregaciones,
retos ambos que requieren programas, personal y de los recursos de que pueda
hacer acopio la asociación civil.
Todas
estas necesidades le dan un dinamismo a futuro, en que se vera con mas
claridad, en todo México, la necesidad de una educación ambiental.
Autor: Javier Pulido Biosca
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